Internet se ha convertido en una parte omnipresente de la vida moderna y, con ello, la ciberdelincuencia se ha convertido en un problema cada vez más grave. Internet ha facilitado más que nunca que los delincuentes lleven a cabo sus actividades sin ser detectados, tanto en línea como fuera de línea. Como resultado, los delitos cibernéticos van en aumento. Internet y el ciberdelito son dos caras de la misma moneda, por lo que es importante comprender su naturaleza interrelacionada.
Los delitos cibernéticos implican esencialmente la comisión de cualquier delito utilizando dispositivos conectados a Internet, como computadoras, teléfonos inteligentes y tabletas. Estos delitos no solo involucran piratería, sino también el uso de malware y estafas de phishing. Además, los delitos cibernéticos pueden tener lugar no solo en Internet sino también fuera de línea. Internet ha facilitado más que nunca que los ciberdelincuentes oculten sus actividades al público en general e incluso a las fuerzas del orden. Como resultado, los ciberdelincuentes se están volviendo cada vez más sofisticados y es más probable que operen en grupos del crimen organizado que en piratas informáticos individuales.
Hackear
La piratería es el acto de acceder ilegalmente a un sistema informático o activo digital con la intención de adquirir información confidencial, interrumpir operaciones o cometer un delito. El término "hackear" se ha asociado fuertemente con la seguridad informática desde principios de la década de 1990, cuando se utilizó por primera vez para describir el descifrado de códigos informáticos. Sin embargo, la palabra tiene raíces antiguas que son anteriores a la piratería informática y se refieren a la observación sistemática de animales, plantas u otros organismos a través de la captura en vivo u otra observación directa. Se ha sugerido que la palabra "hackear" era originalmente un término de la jerga para "escabullirse", tal vez en referencia a la forma en que un zorro "hackea" un gallinero.
El robo de identidad
El robo de identidad es el acto de robar y usar la identidad de otra persona sin su permiso. Esto también se conoce como “robo de identidad” o “merodeo”, y abarca una variedad de delitos diferentes, incluidos el fraude, la falsificación y el robo de identidad mediante engaño. El robo de identidad puede ocurrir cuando se roba la información de identificación de una persona, como su nombre, dirección o número de tarjeta de crédito. Además, el robo de identidad puede ocurrir cuando alguien asume de manera fraudulenta la identidad de otra persona. Es importante que las personas tomen medidas para proteger su identidad, como crear contraseñas seguras que sean únicas y cambien periódicamente.
Guerra cibernética
La guerra cibernética a menudo se pasa por alto, pero es una amenaza cada vez más grave. Se ha descrito como una “nueva forma de guerra” que está “más allá de las armas de destrucción masiva”. La intensidad de la guerra cibernética ha aumentado dramáticamente desde la llegada de Internet y la adopción generalizada de computadoras y dispositivos móviles. Se ha vuelto común que los estados emprendan la guerra cibernética como un medio para interrumpir las redes enemigas e infligir daños o evitar que un enemigo lleve a cabo objetivos estratégicos. Además, estas mismas redes pueden utilizarse como trampolín para otro tipo de ataques. Por ejemplo, un adversario puede usar la guerra cibernética para apuntar a la computadora de un individuo a fin de infiltrarse en sus dispositivos personales, robar datos confidenciales o ambos.
Fraude
El fraude es cualquier delito que implica el disfraz deliberado de información para engañar a otra persona. También se puede utilizar para describir cualquier acto deliberado o fraudulento, como el uso de declaraciones o registros falsos para crear impresiones falsas. Los estafadores pueden perpetrar muchos tipos de delitos, incluidos el robo de identidad, el fraude con tarjetas de crédito, el fraude hipotecario, el fraude de inversiones y muchos otros. Aunque cada delito de fraude es único, tienen varias cosas en común, incluido el uso de declaraciones y registros falsos. Estos pueden ser documentos físicos o datos electrónicos. El fraude a menudo se comete para obtener ganancias financieras, pero también puede tener motivaciones políticas.
Extorsión
La extorsión es el acto de obtener dinero o bienes de otra persona amenazándola o poniendo en riesgo sus intereses, por ejemplo, mediante la divulgación de información perjudicial. La amenaza puede ser de cualquier tipo, incluida la violencia física, las lesiones, los daños a la propiedad, la intimidación o el encarcelamiento falso. La palabra "extorsión" a menudo se asocia con delitos cibernéticos, y esto se debe en gran parte al hecho de que muchos de los primeros casos de extorsión registrados involucraron virus informáticos. No obstante, la extorsión puede ocurrir en muchos tipos diferentes de situaciones, incluso en línea, y puede tomar muchas formas. Puede ser realizado por personas que envían mensajes o hacen llamadas telefónicas, por correo electrónico o a través de las redes sociales.
Ataques DDoS
Un ataque de denegación de servicio distribuido (DDoS) es un ataque cibernético en el que se utilizan numerosas computadoras para enviar tráfico a un sistema de destino, a menudo inundándolo con datos. Un ataque distribuido es más difícil de detectar y detener que uno centralizado, como un ataque de piratería y, por lo tanto, es más probable que ocurra con frecuencia. El uso de botnets para llevar a cabo ataques DDoS va en aumento y se ha convertido en un importante problema de seguridad. Dichos ataques pueden tener un impacto grave en las operaciones comerciales y también pueden tener un costo financiero significativo.
Conclusión
Los delitos cibernéticos se han convertido en una amenaza importante para la sociedad, con la Internet juega un papel importante en la facilitación de estos delitos. Es importante comprender los fundamentos de la seguridad en línea, así como los delitos en línea más comunes para que las personas puedan tomar las medidas adecuadas para protegerse. Esto incluye mantener el software actualizado, instalar parches de seguridad en computadoras y dispositivos móviles y usar contraseñas seguras que sean únicas y cambien con frecuencia. Además, las personas deben ser conscientes de su entorno y deben tener cuidado al participar en actividades sospechosas o desconocidas en línea.